Los Teatinos en Barcelona

Al Teatino Padre Mirto -allá por el año 1632- se le debe la devoción y el cariño de Barcelona hacia el Padre de Providencia. Aún sonaba a novedad el título de Beato, aplicado a Cayetano, cuando dicho religioso, introductor de los Teatinos en España, obtiene de los ilustres “concellers” de la ciudad de Barcelona el permiso necesario para fundar una residencia.

Pocas noticias tenemos de aquella primera Casa Teatina de la calle Tallers; sí, hay algunos datos más, de la que fundaron cincuenta años más tarde en un barrio más céntrico. Y mucho más ricos son los datos de mitad del siglo XVIII, en los que se nos describe el bullicio con que se celebraban las fiestas del Santo.

Aquella primera iglesia no era de grandes dimensiones, pero sí capaz. La afluencia de devotos se iniciaba el 7 de agosto, al rayar el alba. La iglesia se abría a las cuatro de la mañana. Escritos contemporáneos insisten en la atmósfera sofocante de la iglesia, debido a “la estación y al gentío”. Esa gran concurrencia pertenecía a numerosas clases sociales, pues así consta en los Libros de Actas. Se habla en ellos de las visitas del Obispo, del Gobernador militar, de un sin número de Marqueses, junto a la nota significativa de que el número de mendigos aumentaba, queriendo participar de la providencia del Padre de Providencia.

Esto sucedía hace doscientos años. Así podemos comprender ahora de dónde le viene a Barcelona la devoción a San Cayetano.

El antiguo templo teatino, tan lleno, de recuerdos, se había convertido en diversas oficinas del Estado, y -cuando en 1927 vuelven los Teatinos a Barcelona después de la famosa desamortización- piensan enseguida en la construcción de un nuevo templo dedicado al Fundador.

Durante el período rojo, una bomba destruyó la mayor parte da la Casa situada en la puerta del Angel y más tarde todo fue demolido. Por eso hay que buscar nueva Casa y la Comunidad se establecerá en la calle Enrique Granados, esquina Consejo de Ciento. Y allí se abre el primer Oratorio semipúblico, de reducidas dimensiones. Más tarde se ampliará notablemente y será el Padre Bartolomé Caldentey, por entonces Prepósito General de la Orden, quien bendiga la iglesia en la víspera de San José del año 1931.

Los Teatinos hacen que se reavive la devoción a San Cayetano y los barceloneses unen a su devoción al Padre de Providencia el recuerdo del Padre Gallifa, héroe y mártir de la Independencia catalana durante la invasión napoleónica.

Vuelven los años aciagos de la dominación roja y tanto la iglesia como la residencia vuelven a ser ocupadas para diferentes servicios del gobierno republicano. Sería después de 1939 cuando los Religiosos se establecen de nuevo y, después de reponer las imágenes, reanudan el culto.

Pero la idea de constituir un templo suntuoso y capaz, toma más fuerza cada ía y llega a cuajar años más tarde en una espléndida realidad. Se compra un solar colindante -con fachada a la calle Consejo de Ciento- y las obras -gracias a las ayudas de los devotos de San Cayetano- toman un vigor inusitado.

Tanto es así que el 12 de abril de 1947, aniversario de la canonización de nuestro santo, es bendecida y colocada la primera piedra por el Excmo. Sr. Dr. D. Gregorio Modrego, Obispo de Barcelona. Y el 26 de junio de 1955 sería bendecido solemnemente el templo actual.

El 28 de junio de 1960 fue igualmente bendecida la bonita y recogida Capilla del Santísimo, construida en los locales que fueron durante mucho tiempo la modestísima iglesia de San Cayetano. A los cinco años de la bendición del gran templo, esta Capilla es un broche de oro al trabajo realizado en Barcelona por los Teatinos en favor de la devoción a su Fundador.